Memoria
El término sibaritas proviene de la ciudad de Sibaris, ciudad perteneciente a la Magna Grecia, destruida hacia el 510 a.C. Sus habitantes eran distinguidos por sus formas y gustos refinados.
Sibaris desapareció, no obstante, si realizamos el ejercicio de reconstruirla, en base a criterios de formación actuales, esta sin lugar a dudas se edificaría sobre pilares sustentados por la naturaleza y el respeto al medio ambiente, el arte, la gastronomía, el deporte y el amor.
Es Bosc Basoa profundiza en este ejercicio, aunando en un mismo espacio todos los ingredientes mencionados.
Inspirado en la ciudad agrícola de Kisho Korokawa (1934 – 2007), la arquitectura y el arte se unifican para generar un conjunto edificado organizado por medio de una malla estructuradora (la malla) que introduce al visitante dentro de una atmósfera única y singular.
La naturaleza, siempre presente, se relaciona con la edificación mediante la aparición de un espacio intermedio, la ventana habitada, que las une en una agrupación indivisible.
El propio edificio está hecho de naturaleza, utilizando madera como material mayoritario, material sostenible por excelencia.
El bienestar es capital, por lo que la gastronomía y el deporte llenan de vida al visitante, en una experiencia a repetir.
El éxito consiste en el trabajo hecho con amor, ingrediente final que unifica al resto.